Aceptada ya la fotografía como soporte tan válido como cualquier otro a la hora de estructurar un discurso plástico, quizás ahora sea el momento de hablar de este medio intentando olvidar, en la medida que toda amnesia es una forma otra de evocación y recuerdo, las características mediales que conforman el trabajo fotográfico, para intentar una aproximación a la obra por lo que ella misma posee de encantamiento y seducción visual; como, por otro lado, así ocurre en cualquier manifestación plástica se utilice el soporte que se utilice.
El hecho de que Miguel Angel Nalda utilice el medio fotográfico no es, y más allá de la simple elección puramente gustativa, sino la optimación de del ajuste entre el deseo y la realidad, entre lo soñado y lo que se intenta conseguir. Se da la circunstancia de que elementos no materiales (“deseo”, “realidad”) se presentan como entidades físicas reveladoras en el proceso y final de la obra.
Luis Francisco Pérez