Por lo que respecta a la historia de Europa, la teoría del buen salvaje propuesta por Jean-Jacques Rousseau es una de las piezas de filosofía política que más han influido no solo en nuestra concepción de lo que debe ser la política, sino también en lo que creemos que es “natural” y “artificial” y las implicaciones que esta distinción tiene en nuestra vida.
Hay que señalar que para Rousseau la idea de “buen salvaje” no se refiere a un tipo de ser humano que haya tenido que existir necesariamente en algún momento remoto de nuestra historia, ni que defina perfectamente el comportamiento tribal. Es un supuesto hipotético, algo que sirve para entender la naturaleza del Estado, y no para saber cómo vivíamos antes.
Arturo Torres